Más que una ciudad, Marrakech es una perla pulida por la historia y el sabor de la hospitalidad que, desde hace siglos, sabe recibir a sus visitantes con los brazos abiertos.
Encuentro entre pasado y presente
Los jardines de Majorelle se parecen a una colección de plantas traídas desde los cuatros rincones del mundo, que florecen con profusión junto a estanques elegantes y la villa de estilo Art decó. Las cenizas de Yves Saint Laurent yacen en este lugar. Desde este rincón lleno de encanto, puede tomar una de las numerosas calesas de la ciudad que le llevará hasta el palmeral, de visita obligada. Del mismo modo, puede visitar la Menara, uno de los lugares más emblemáticos de Marrakech. Esta elegante edificación, inconfundible por su cubierta de tejas verdes, está bañada por un inmenso estanque. A este lugar acuden en familia los habitantes de la ciudad para buscar un poco de frescura en los días más calurosos del año.
La suavidad de Marrakech
Fuente: http://www.visitmorocco.com